Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

Creemos en la cultura ciudadana

APORTES AL DEBATE SOBRE EL PROYECTO DE ACUERDO  PLAN DE DESARROLLO MEDELLÍN CUENTA CON VOS 2016-2019

Por Jorge Blandón (Maestro en Arte Dramático U de A). Profesor Urbam EAFIT, e Integrante de la Corporación Cultural Nuestra Gente, entidad que suma en sinergia a la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria, a la Asociación Medellín en Escena, y a los procesos de Alianza zona Nororiental de Medellín.

Hoy discutimos un instrumento vital de nuestra democracia, el Plan de Desarrollo MEDELLÍN CUENTA CON VOS del actual Alcalde Federico Gutiérrez – 2016-2019. Una bitácora que orientará el viaje de los próximos cuatro (4) años, para más de 2’500.000 mujeres y hombres, que somos corresponsables de la transformación de Medellín, hayamos votado por sus propuestas o NO.

Nos convoca la democracia deliberativa, que nos empuja a este espacio de lo diverso, nuestras miradas distintas y diferenciadoras sobre lo que creemos y queremos que pase en nuestro campo y ciudad.

No basta con agradecer este espacio que se nos propicia, lo que exige este encuentro es el debate de las ideas, la reflexión abierta y plural, los diversos sentidos del quehacer cultural, artístico, comunitario, social, académico, político, pero sobre todo el sentido de Humanidad que se construye desde la Cultura. Creemos en la cultura ciudadana que recupera el sentido de la Ciudadanía Cultura.

Nosotros mujeres y hombres que hemos tejido desde el barrio una acción procultural esencial que denominamos CULTURA VIVA COMUNITARIA: DECIMOS QUE: “Ésta es la reserva vital de las comunidades donde se cultiva el desarrollo humano”.

Estamos en este espacio como voz polifónica de todos los territorios, los de la periferia y los del centro. Este es un documento de creación colectiva.

Debatir el Plan con sus Dimensiones estrategias, retos, programas y proyectos también debe permitir debatir su presupuesto, que podamos comprender la redistribución de la riqueza en cada corregimiento y en cada comuna y donde la dignidad humana sea preservada por encima de intereses corporativos.

“UN peso no es UN peso, UN peso son la SUMA de esfuerzo, que hacen mujeres y hombres al colocar en las MANOS DE TODOS, el amor, la alegría, la esperanza y la vida, es decir el valor más profundo que tienen los seres humanos, sus culturas.”

No es posible pensar la cultura sin los principios de la solidaridad, de la fraternidad, de la libertad, de la justicia, pero no es posible es porque todo el sentido de humanidad, palpita en la cultura como esencia vital, espiritual, es decir en los sueños de mujeres y hombres que integran una comunidad, en su tiempo y su espacio.

Celebramos que el Plan tenga como uno de sus fundamentos: una declaración de esperanza y confianza para el presente y futuro de nuestra ciudad”.

La década de los 90’ borró de nuestro rostro la esperanza. 7000 jóvenes fueron asesinados, convirtiendo este como el indicador más alto, de nuestro desastre como sociedad. Para esa época el presupuesto de cultura era medido en tarimas, “mariachis” debo aclarar que no tengo ninguna resistencia a estas agrupaciones, sólo que era muy poco los espacio para las agrupaciones nacientes del rock, el metal, punk, el rap que emergían en esa Medellín de capos y capas, “guaron”, y cuotas burocráticas, un precario gusto para la época del “peladito que no duro nada”. Pero arriba en los cerros del nororiente y noroccidente de la ciudad otros jóvenes montados en patas de palo (zancos) tejían barricadas de alegría, miradas de asombro, sonrisas de confianza y redes de creación. Más de 50 organizaciones barriales iban configurando un movimiento de vida que luego se reconoce como Barrio Comparsa, experiencia viva que hoy persiste la ciudad como una muestra de la tenacidad de una nueva juventud que se mantuvo de pie para reclamar un lugar en la sociedad.

Una Medellín que fue sitiada por sombras, exigió que artistas, creadores, gestores, animadores, mediadores culturales vencieran todas las dificultades y también el miedo.

Ese miedo que hizo sentar en mesas de dialogo a los de aquí y los de allá, pobres y ricos, analfabetas y letrados, apáticos y políticos, todos tantos diversos que luego emprendieron una Medellín con perspectivas de futuro.

La cultura alcanzó una mayoría de edad, un escenario constitucional que le da un estado de derecho y legalidad, una ley que le define un territorio de lo plurietnico y lo multicultural, un ministerio de cultura que devela un país en el que todos creímos porque éramos nosotros mismos. Es justo reconocer que todo ese trabajo fue emprendido años atrás por nuestros maestros mejías, vahos, arangos, bravos, salazares, carrasquillas, bolívares, jaramillos, yepes, martínez, saldarriagas, gómez, mayas, correas, gonzález y tantos otros que fueron y son soporte para que esta ciudad emerja de sus propias ruinas, y el país le reconozca con bondad por sus logros.

Pasamos de un escenario de representación, de aplausos, a otro muy importante y deseable como el de la participación, planeaciones locales que fortalecieron el tejido comunitario, organizaciones gubernamentales con poder de opinión, gobiernos que entendieron que esto se construye con todos, con una gestión compartida que ha permitido aprovechar mejor los recursos de la ciudad, para emprender proyectos ambiciosos sustentables en el tiempo. Ver el milagro Medellín por nuestros propios ojos.

No es posible dejar de lado las estrategias que se propusieron desde la acción cultural donde lo primero que ocurrió fue el reconocimiento y valoración de nuestras propias experiencias, procesos, dinámicas, transformaciones.

Hay un hecho decisivo que cambia el sentido de la ciudad para recibir el nuevo siglo, es la donación Botero que repotencia el Museo de Antioquia, no sólo fue la obra de arte, el espacio físico, fue el alto presupuesto que se destinó para cultura, pasamos de 3.000 millones de pesos a 51.000 millones en 1999.

Pensar la dimensión cultural como eje de desarrollo, la cultura como estrategia para el cambio social.

Diez años después el presupuesto se quintuplicaba, y así las organizaciones, los nuevos creadores, las necesidades, los circuitos, las oportunidades, las políticas públicas que viene de abajo hacia arriba.

Y ahí renacimos como ciudad, un movimiento teatral fortalecido, creciendo un movimiento musical, dancístico, artistas en el centro y la periferia, es decir un conjunto de creadores dispuesto a emprender un camino de CONFIANZA.

El 2 de febrero de 2016, más de 700 personas de las comunas 1 y 2 de las comunas nororientales asistimos al llamado que nos hiciera la administración actual para construir participativamente este Plan que hoy debatidos como anteproyecto de acuerdo, nos anima la conversación, el disenso, la deliberación, la voz acumulada en la experiencia.

Me logró conmover esta propuesta participativa y deliberativa, donde mujeres y hombres de los barrios nuestros, voces ciudadanas, reclamaron que ellas estuvieran en el centro de desarrollo.

La gente con sus bellas formas de imaginar y soñar, la gente por encima del cemento y las lágrimas.

Y para ello quiero traer la mirada amorosa Héctor Abad Gómez. Profesor en la Escuela de Salud Pública de Universidad de Antioquia, asesinado en las calles de nuestras ciudad; cuando hacía uno de sus postulados la de las Cinco Aes, agua, aire, abrigo, alimento y amor.

“El principal problema de salud pública en Colombia es la desigualdad social. Y esa desigualdad social tenía asiento en varios aspectos: uno, en la carencia de Agua limpia (acueductos) y abundante para las familias; dos, la falta de un Aire bueno para respirar, es el tema ambiental, urgente en todo el mundo; tres, la ausencia del Abrigo, (vivienda digna) es decir, la protección, la vivienda y la seguridad; cuatro, un Alimento en cantidad y calidad suficiente para satisfacer las necesidades, base de toda vida saludable; y, quinto, el Amor, no necesariamente ese de los enamorados, sino el amor como la posibilidad de servicio, de cuidado de los otros, de cuidado de mí mismo, de cuidado del ambiente, del cuidado de mi familia”.

Y muchos otros agregamos otra A, la del ARTE como el pan nuestro de cada día.

Y una C como la de la Cultura, la de la Ciudadanía, la Cultura que Cura, que transforma, que revitaliza el proyecto social en humanidad.

Han pasado muchos planes de ciudad, hemos estado narrando nuestros propios planes locales, hemos sentido la necesidad, lo hemos gritado que la Cultura sea la estrategia motora que impulse el sentido humano de la ciudad desde los barrios altos, cuanto nos ha costado que los técnicos de la planeación de la ciudad entiendan que la Cultura puede ser tejido amoroso que modifique nuestros comportamientos agresivos, que es desde la cultura en su profunda espiritualidad que se puede hacer un reinvención de nuestro sistema de valores, que empiezan en la casa, pasan por la esquina del barrio, la escuela, viajan en el metro, debaten en la fábrica, el almacén, la universidad y nos comprometen en el ágora de la ciudad.

Nos basta con la cámara de seguridad, con el policía del cuadrante, es preciso el poeta que encante el mundo y nuestra propia realidad. Es hoy justo y necesario que cada ciudadana y ciudadano deje salir el niño que hay dentro de su corazón que cante el nuevo tiempo en profunda libertad.

Es tarea de todas y de todos acompañar este proceso de: “Configurar un nuevo sistema de valores… que permita a las futuras infancias y adolescencias (ahora) redimensionar su existencia… en una ciudad que siente y piensa con responsabilidad las generaciones que deben ser reservorio ciudadano…”

Hacer que el diagnóstico de Infancia y adolescencia de Medellín, no sea más diagnostico debe ser un PLAN que garantice los derechos ciudadanos para niñas, niños, adolescentes y jóvenes, que sean valorados como sujetos morales, sociales y políticos. Que su educación sea prevista bajo la intencionalidad de la cultura y pedagogía para la paz, la misma que demanda una educación desde y para la solidaridad. Sujetos creativos, sensibles, expresivos, que ríen (teniendo en cuenta lo importante y político que es la risa). Una formación que le apuesta reivindicar en la infancia la importancia de ser niños y niñas, que juegan y construyen desde sus vivencias su actitud de libertad (pensamiento-sentimiento-acción consonantes) en el mundo.

Creemos en la cultura ciudadana, apostándole a una ciudadanía partícipe de las acciones que propician el bien común”…y se compromete con un modelo de sostenibilidad integral, de equidad social y territorial, basados en la educación como eje fundamental del desarrollo y la construcción colectiva de la sociedad. 

Y esperamos que se entienda el bien común como sentido de la solidaridad, de justicia, de la redistribución de la riqueza pública y no de la acumulación de unos pocos privados.

Nos invita esta idea de que “la primera dimensión de carácter transversal a todo el ejercicio de gobierno se llama Creemos en la cultura ciudadana…la ciudadanía sea corresponsable del desarrollo de la ciudad, empezando primero que todo por entender nuestro papel como ciudadanos.”

Si bien hemos entendido el sentido de cultura ciudadana como: que el PLAN quiere apostarle a la cultura ciudadana como política pública de Medellín, lo que es verdadero desafío que requiere abordar la ciudad desde una comprensión de su contexto, transitar por sus territorios y reconocer la diversidad que los habita para construir una hoja de ruta como el plan promotor de cultura ciudadana que guiará este propósito dentro del marco de referencia desde donde el Estado se entenderá como el ente que debe garantizar unos derechos a la ciudadanía y que para lograrlo lo hace a través de una estructura, unos lineamientos y estrategias que permiten el cumplimiento de su campo misional, y que para este programa específico lo hará a través de la formación ciudadana.

Esta formación ciudadana se desarrollará en los ámbitos de ser individual y colectivo, donde se privilegiarán las intervenciones en los escenarios de la familia, la niñez y la juventud, la escuela y los ecosistemas culturales, en asuntos fundamentales como la cultura viva comunitaria, la actividad física y la recreación, la movilidad, la participación y la convivencia. Dice en el PLAN.

No nos parece que el modelo sea la cultura ciudadana implementada para enseñar a pasar la cebra, o para sacarle una sonrisa al paisano desempleado.

Creemos desde nuestros postulados de la Cultura Viva Comunitaria que: Lo cultural se refiere al grupo de prácticas planificadas y conscientes, intencionadas hacia el fortalecimiento de valores fundamentales como la creatividad, la expresividad, la sensibilidad, la curiosidad, la imaginación, el espíritu lúdico, el conocimiento, el desarrollo de las inteligencias, la reivindicación de la diversidad, la preservación de la memoria, los patrimonios culturales y naturales, así como la construcción de sentidos de identidad, pertenencia y continuidad histórica de una comunidad. Este conjunto de prácticas conscientes a favor de la cultura puede ser entendido como la acción pro-cultural.

Que recuperar el sentido de pertenencia, de valoración y amor por ser de la ciudad, precisa de actos públicos abiertos, democráticos, plurales, donde no sólo se valore la creación espectacular, sino también la siembra de humanidad que se teje en el jardín del barrio, en el buen comienzo, en el patio de la escuela, en la caravana hacía la vereda.

Cuando hablamos de la Cultura Viva Comunitaria, la noción de lo “vivo” no se contrapone a una cultura muerta sino a una cultura estática.

Es viva cuando está al alcance de la mano, en las páginas que se abren, en la expresión cotidiana de la gente, en los grupos que se juntan espontáneamente.  Cuando es lúdica y democrática.

Es viva, porque reivindica los espacios de la vida cotidiana: la calle, la esquina, la plaza, la tienda, el mercadito barrial.  Los centros cívicos, los cibernódromos públicos, las canchas deportivas, las juntas comunales, los blogs y las redes virtuales, los escenarios por donde transita el ciudadano, el vecino.

Es urgente más actos de transformación de la calle en espacio vivo, abierto y comprometido, espacios como los generados en los “Días de Playa”, por el TPTU significan en esa reconfiguración de la ciudad y la ciudadanía. Jornadas como las de la Casa Amarilla, invitan al goce placentero de la vida en común – unidad.

En la perspectiva comunitaria lo cultural se entrecruza de manera directa con lo social y más tangencialmente con lo político, en una acción culturo-social que genera además de los valores de lo cultural, un agregado de valores de lo social tales como: solidaridad, criticidad, reflexividad, compromiso con la historia y el territorio, reconocimiento de la realidad (problemas, necesidades y potencialidades), empoderamiento para el mejoramiento o la transformación social, en la perspectiva del buen vivir.

En la perspectiva comunitaria lo cultural incide en la transformación de simples pobladores de un territorio, a sujetos que viven en una común unidad; es decir, personas comprometidas con el territorio y los demás habitantes, generando grupos sociales en los que todos entre sí se conocen, se cuidan y ayudan mutuamente. Lo comunitario implica un modo de vida en relación y afecto entre los habitantes de un territorio.

Desde nuestra perspectiva esta es una política de acogida – no sólo como movimiento artístico, pro cultural únicamente y si como enfoque de desarrollo.

Nos sentimos inmersos en el proyectos como “La cuadra y la vereda cuentan con vos” Es un espacio para posibilitar la participación ciudadana desde lo micro, es decir, acercar a las personas a la institucionalidad gubernamental desde la cotidianidad que caracteriza a la cuadra y la vereda, superando barreras limitantes para el acceso. La finalidad de este proyecto es la generación de confianza y la construcción de tejido social, buscando acercar a la ciudadanía a oportunidades para su desarrollo.

Con este proyecto queremos retomar una época en la que podíamos llegar a toda la ciudadanía, a todos los espacios sociales y comunitarios con el fin de incluir y propiciar la participación de la población en la gestión pública y el desarrollo de su territorio. La estrategia del sistema cuadral busca consolidar y activar nuevos escenarios de participación, fortalecer el tejido comunitario, construirlo de manera consciente, colectiva, participativa, transformadora, en comunicación abierta con el desarrollo comunal, que trabaja por el bienestar, la convivencia, la inclusión y la equidad de las familias, a través del conocimiento de sus problemas, apalancados en valores de vecindad solidaria y respeto por la diferencia.

En este proyecto vemos profundamente compatibles las CARAVANAS DE CULTURA VIVA COMUNITARIA, que cruzan las fronteras invisibles, surcan cielos y quebradras trenzando un arco iris de comparsas de alegría, llenas de niñas y niños en algarabía.

Proponemos 21 caravanas, por 21 territorios, con la participación de 21 organizaciones por cada Caravana.

Comprendemos los Procesos como acciones planificadas contextualizas, sostenidas en el tiempo y lideradas por las organizaciones comunitarias, donde interactúan sujetos, mediaciones (Práctica – Experiencias) e instituciones (Públicas y privadas), en un territorio específico y está intencionado al reconocimiento de las condiciones sociales y culturales dignas.

Que El territorio es un espacio simbolizado. Es por lo tanto una construcción cultural, humana, que va muchísimo más allá del área física sobre el cual el territorio es construido. Es un espacio vinculante y relacional, como vinculante y relacional es la cultura. El territorio es una fuente de vínculos, y por lo tanto es un factor fundamental en la construcción de identidad.

El territorio es memoria y es un patrimonio colectivo y puede ser una experiencia compartida. El territorio (como espacio significado) es, junto con la historia (como tiempo significado), un factor fundamental en la construcción de comunidad[1].

Lo anterior se conjuga precisamente en el “proyecto: Creación de ecosistemas de transformación cultural Pretende evitar la desarticulación territorial de espacios y actividades culturales, integrando iniciativas con las decisiones políticas para conseguir transformaciones culturales. Así buscará que el gobierno local conecte sus decisiones con estos ecosistemas, desde una gestión que comprenda y actúe acogiendo las infraestructuras culturales, los lineamientos, las estrategias, los programas, los proyectos y las ofertas de cultura ciudadana, para que de manera amplia impacten diferentes ámbitos (legal, ético y cultural). En este sentido, se trabajará bajo las siguientes dimensiones de cultura ciudadana: acuerdos, tolerancia, participación comunitaria y confianza”.

Proponemos por los 21 territorios articulación de 210 organizaciones de Cultura Viva Comunitaria, 80 que han sido suma del esfuerzo durante estos años, y convocar 130 organizaciones que sabemos existen, pero que no han llegado a este espacio.

Consideramos que las mujeres y hombres que suman en saberes y buenas prácticas desde las organizaciones comunitarias son soporte para ese “compromiso de hacer de Medellín un territorio de paz. Y entendemos que “hoy más que nunca se debe trabajar desde la corresponsabilidad para la construcción de confianza y la reconciliación, y para la generación de una convivencia pacífica en los territorios que deje atrás la cultura violenta y alcance una cultura de paz. …Por último, la ciudad debe prepararse para la reintegración efectiva de los actores del conflicto frente a un potencial contexto de pos-acuerdo”.

Que se incremente el apoyo al ESTÍMULO-PREMIO adecuado A LA CULTURA VIVA COMUNITARIA.

El estímulo o Premio a la Cultura Viva Comunitaria, es un reconocimiento a las organizaciones que desarrollan procesos de Cultura Viva Comunitaria, dicho estimulo se establece en alianza con las administraciones públicas para la entrega de un incentivo en dinero para la ejecución de sus planes de trabajo, posibilitando la continuidad de los procesos, cuya trayectoria será demostrada a través de los criterios de espíritu, territorio y organización.

Criterios. Dirigido a las organizaciones culturales de Medellín que, dentro de sus metodologías, pedagogías, maneras de hacer, maneras de pensarse, impacten en algún territorio del municipio de Medellín.

Proponemos PREMIAR 42 organizaciones de Cultura Viva Comunitaria, por cada año, para el cuatrienio 168 organizaciones.

Consideramos que es oportuno que el programa: memoria para la construcción de paz, debe reconocer y valorar el proceso de MEMORIAS EN DIALOGO, que se viene sumando en las comunas de Medellín, y que estas en si misma pueden ayudar al fortalecimiento del PROGRAMA: CIUDADANÍA ACTIVA POR LA PAZ. La construcción de la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos sin distinción, se hace necesario activar a la ciudadanía en los territorios para el logro de este propósito. La paz debe construirse a partir de la voluntad real de hacer una transformación desde los barrios, comunas y corregimientos de la ciudad, que traiga beneficios y oportunidades para todos sus habitantes, que reconozca sus derechos y que garantice procesos ampliamente participativos”.

Y que se materializa en el “proyecto: La educación en Medellín le apuesta a la paz y la convivencia”.

En concordancia con los desafíos propuestos en la política pública de Cultura Viva Comunitaria vemos que es posible hacer más concreto la necesidad de espacios públicos en los barrios donde se viva en armonía creativa, lo que hace contradictorio hacer una política pública de grandes autopistas, cuando en los barrios se carece de espaciopara el disfrute de la ciudadanía… el espacio público es por excelencia el escenario principal de las relaciones sociales, donde se ponen en juego los valores democráticos de una ciudad, la inclusión e integración de toda la ciudadanía”.

Reiteramos que es muy importante no olvidar que fue la Cultura la que potencio ese renacer de la ciudad, lo que implica que el PLAN mantenga con seriedad, en constante crecimiento y con recursos económicos adecuados el estímulo del PROGRAMA de CREACIÓN, FORMACIÓN, FOMENTO Y CIRCULACIÓN, en este programa se encuentran distintos proyectos que propenden por el acceso a la cultura como derecho, y que fortalecerán el proyecto cultural de Medellín como motor de transformación y desarrollo, así como seguirán consolidando a la ciudad como un referente iberoamericano.

Lo que hace urgente por parte del CONCEJO que se dé una mirada al % del presupuesto dedicado a Cultura.  Qué el llamado de atención que hace el CTP sobre el descenso del este presupuesto sea un alerta temprana que corrija este asunto vital para la cultura creativa de la ciudad.

Así mismo se debe considerar como una oportunidad del desarrollo humano que todos los proyectos, todos, físicos y sociales, tengan un presupuesto incluido para participación, educación ciudadana y comunicación pedagógica, como 3 componentes de eso que llamamos, en general, Cultura Ciudadana.

Y que las acciones de cultura de todas las secretarías tengan una coordinación y curaduría común, a cargo de la Secretaría de Cultura Ciudadana, así como desde la Secretaría de Comunicación se hace algo similar para todas las estrategias de comunicación. Debido a que la mayoría de las secretarías tienen algún presupuesto para cultura, llámense eventos o programación puntual: si se coordinan, si se siguen parámetros comunes, habrá mejor resultado en calidad y en efectividad. Y en coherencia.

Y desde los procesos de comunicación comunitaria libre y compartida que se animan desde la política de Cultura Viva Comunitaria se establezca que el Proyecto: Medios ciudadanos para la interacción y movilización social, construya acuerdos, consensos entre quienes hacen la acción directa entre medios  y procesos de comunicación junto a la administración municipal. Que los procesos y medios de comunicación hacen aportes a la cultura ciudadana, no solo como generadores de información, donde se visibilizan los territorios, los actores, las entidades y las dinámicas que tienen su accionar en él; y  en eso la administración tiene que actuar no solo como garante del derecho a la información, sino como aliado que acompaña y motiva a generar comunicación e interacción entre el Estado  y la comunidad. Que se hace urgente Reconocemos los medios comunitarios como herramientas fundamentales para la democracia, la libre expresión ciudadana y el derecho de acceso a la información. Por eso mediante este proyecto definiremos acciones estratégicas para el fortalecimiento de sus procesos con miras al diálogo ciudadano-gobierno y la movilización social”.

Por último estamos en plena disposición para que la “Planeación Local y el Presupuesto participativo como escenario de pedagogía para incidir en la cultura política y democrática de las comunas y corregimientos de la ciudad, en busca de generar diálogo político, deliberación, consenso comunitario y negociación del conflicto por medio de metodologías significativas que faciliten a la ciudadanía la incidencia responsable y directa en el devenir de la gestión administrativa pública como deber y derecho ciudadano”.

Como garantía de implementar en cada territorio con justicia redistributiva de los recurso públicos, desde los procesos de la planeación participativa del desarrollo local sean retomados por las comunidades en compañía de la administración que este ejercicio ciudadano se Articulado Plan de Desarrollo 2016 – 2019, Medellín cuenta con vos.

“Tenemos que tener la idea de lo que es el hombre. Se trata de una materia que forma parte de la historia de una cultura. El hombre es un animal que no puede vivir solo, necesita de la sociedad, no existe sólo la familia y el individuo. Si tengo una enfermedad del corazón, necesito un cardiólogo. Si me cae la casa, necesito un albañil. Si mi zapato de despego, de un zapatero. Caminamos por la vida con contradicciones. Al igual que cualquier animal, que dispone de una cuota de egoísmo porque tenemos que luchar por nuestras vidas y de la vida que nos gusta. Pero como somos un animal social también necesitamos solidaridad. Caminamos con esta contradicción de egoísmo y solidaridad. Pero la naturaleza nos da una cosa que se llama conciencia, y eso no permite obrar y enmarcar nuestro egoísmo, hasta cierto punto. La conciencia hace trascender el evento cultural en la civilización. Piense por un minuto en lo que significa 40 años más de vida para el planeta. Debido a que somos buenos y malos. Caminamos con esta contradicción. Así que hay una política. Si fuéramos perfectos, no haría falta la política. Necesitamos la sociedad para vivir, pero somos conflictivos porque cada ser humano quiere vivir. Debido a que tenemos diferentes orígenes, tradición, religión y cultura, la clase social que originamos. La sociedad es una gran cantidad de conflictos y tenemos que manejar el conflicto a vivir, este es el papel trascendental de la política”. Pepe Mujica

“No deje que el gobierno lo haga todo, sea usted también el alcalde (presidente) en la calle. Gonzalo Arango. Poeta Colombiano.

[1] Castrillón, J & Corporación Cultural Canchimalos. Documentos del proceso de fortalecimiento de los agentes pro-culturales de la Comuna 12 de Medellín. 2014.

 

Compartir:

Facebook
Twitter
WhatsApp

También te puede

interesar

Revolución del lenguaje
Xenofobia
Peladxs parlantes
Mientras desayunamos