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REVELACIONES DE UN NO CREYENTE

Para Lorena Libertti

 

Pobre ombligo del mundo:

siempre tan ensimismado

y sin nadie a quien amar.

Lucifer el Hermoso

 

 

Sé que no existes.

Es por eso que te sigo.

 

Eres ficción,

conjetura,

metáfora

de la carne vencida

de los hombres.

 

Exprimida miseria

de un deseo.

 

Algunos te levantan

en las cordilleras y en el agua,

te multiplican.

 

Otros te condensan,

único,

como la poesía.

 

Ejércitos han crecido

como un trabajo feliz

que madura

en la ruidosa masacre de los impíos.

 

Esa felicidad es volcanazo de sangre,

pus y lepra de sus culpas adocenadas.

 

Has muerto también.

 

El hombre más feo del mundo

fue tu asesino.

Contigo murió mi infancia.

 

Tu cadáver

es el corazón enmohecido de mi padre.

 

Ven,

háblame desde tu nada,

a mí,

nada y absurdo del universo.

 

Orilla del resplandor carroñero

que crece en este valle.

 

Ven y nace de mis manos

como un niño pequeño,

como la jauría

que dará presencia a los días.

 

Acude desde mis entrañas

y recorre el camino conmigo,

con los amigos y mis amantes.

 

Desmiente las religiones

que anuncian tu golosina.

Hazlas polvo en el hueso de mi verso.

 

Apaga la contienda de los mortales

e infringe sus leyes de lobo hambriento.

 

Ven y lucha con mi palabra,

con la razón y la fantasía de mi palabra

que se prepara para el olvido.

 

Ven,

hundámonos en el mar de nuevo,

brotemos de sus aguas

con la firmeza del hombre

que copulará con la tierra.

 

Arrecia,

busca,

destruye esta humanidad miserable

y principia la fiesta del mundo.

 

 

Tomado de la reedición en CD del 888, primer LP de Reencarnación, en la edición de Tribulación Producciones.

Imagen: Carátula de dicha edición.

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