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Dinho: salir de casa, salir al arte

Dinho es pura corporalidad, pura expresión. A Dinho no le da pena nada y ahora tampoco le da miedo. Desde los 9 años, Dinho hace teatro y danza y ha entendido que, aunque su habilidad corporal es enorme y sabe bailar desde ballet clásico hasta montarse en unos tacones de 10 cm para bailar rápidas canciones de hip hop o R&B, a él le gusta ver su trabajo en el escenario representado por otras personas. Se ha dedicado a montar coreografías y musicales para niños y adolescentes.

Dinho Liberito vive en la Baixada Fluminense, una zona del área metropolitana de Río de Janeiro conformada por 12 municipios y la segunda con más población después de la capital. La Baixada Fluminense ha sido una zona de muchos problemas sociales, incluso pone casi la mitad de los homicidios del área metropolitana por la confluencia de diversos actores armados, y aún así ha parecido olvidada durante muchos años.

La casa de Dinho está en Duque de Caxias, uno de esos municipios de la Baixada, él explica que su barrio es muy central, todo lo que necesita está cerca y que de alguna manera también le toca ver, escuchar y saber la violencia que ocurre en las favelas o “comunidades” que están alrededor de su casa.

Dinho también describe artísticamente la Baixada, dice que está emergiendo artísticamente. Dice que hace mucho tiempo hay expresiones artísticas, pero la visibilidad de estas era muy interna. Ahora, parecen estar saliendo hacia otros lugares de la región,

“Hace poco el arte está llegando a la gente y la gente de a poco está llegando al arte”.

Y como es reciente la llegada de más expresiones artísticas a la gente, no hay una formación de un público exigente y crítico. Dihno está montando una obra sobre la violencia contra la mujer, y aún le cuesta superar el reto de generar contenido de denuncia y reflexión pero que sea atractivo para la gente de la Baixada, por ejemplo.

“Salir de la iglesia y de la casa para el mundo”

De familia evangélica, Dinho encontró en la iglesia la posibilidad de hacer teatro y ballet, luego de haber estado varios años en el Teatro Municipal en clases de iniciación teatral. Sin embargo, entrando a la adolescencia la iglesia expulsa a Dinho, no admitirían más que un hombre hiciera ballet. No contento con esto, su propio padre también lo expulsa de casa por los mismos motivos homófobos.

“Aquí (en Duque de Caxias) ser artista es ser vagabundo. La gente dice que el teatro es para gays o prostitutas. Eso me creó problemas en la adolescencia”.

Tuvo que apartarse de todo durante 4 años para encontrarse. Decidió que no quería vivir un solo día sin arte y sin poder expresar lo que quería a través de él, entre esas cosas su sexualidad. Fue a un curso de preparatorio para una gran compañía de danza, hizo ballet clásico y en el sindicato de los artistas aprendió jazz.

“La transición más importante de mi vida fue salir de la iglesia y de la casa para el mundo. Yo tenía un alcance y una visión muy limitada de lo que era arte. De todas formas, deconstruirse es una actividad diaria.”

Dinho dice que afortunadamente siempre ha estado becado para todos los cursos que ha hecho. De no haber sido así, le hubiera tocado desistir de la idea del teatro y la danza porque sus padres nunca lo apoyarían para eso.

Cuando va a la universidad a estudiar Letras, se empiezan a complicar las cosas, aunque no tiene que pagar por los estudios sí tiene que sobrevivir. Ahí empezó a ser difícil, la situación económica del país lo estaba afectando, perdió tres trabajos y decidió volver a casa. La sorpresa, fue encontrar a un padre completamente distinto.

“Él cambio por verme tanto tiempo afuera y de ver el coraje que tuve de irme. Ahí se dio cuenta que era muy importante abrirse y comprender”.

Arte y reivindicaciones

Dinho dice que pertenece a mínimo a cinco grupos de minorías: negro, gay, umbandista (religión ecléctica brasilera), artista y periférico.

Él quiere con su arte mostrar la potencialidad de cada uno de esos grupos, darles visibilidad y ayudarlos. Especialmente quiere defender a las bichas periféricas (gays periféricos), y demostrar que el arte tiene el poder de transformar a una generación entera, incluso generando una corriente latinoamericana que desde el arte se promueva la ayuda y el respeto a la diversidad.

Fuentes

  • Entrevista a Dinho en Río de Janero, Brasil.

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