Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

¿En qué nos hemos convertimos?

Es impresionante como las personas a primera vista no le encontramos significado a una simple fotografía, pero después de observarla por largo tiempo empezamos a ver todo, es simple, como cuando ves a una persona con un físico lindo, te quedas observando todo lo que hace, como actúa, como trata a todos y ahí es donde caemos en esa delgada línea entre lo que pensamos y logramos ver, nos decepcionamos por fijarnos en algo tan efímero como el físico, es impresionante la capacidad que tiene una persona para denigrar, criticar y dañar a alguien. Siempre he pensado que está bien lo que una persona hace, desde que lo que haga no lastime a nadie, algunas personas son más débiles que otras, unas se rompen más y hay otras que la felicidad y la alegría que estas tienen es más fuerte y es su arma secreta para todo lo que le dicen. Pienso que las personas deben ser colores, en donde el gris no siempre tiene que ser algo triste y el negro algo malo siempre, en donde el naranja o amarillo no tiene que ser diversión y alegría, donde el blanco no siempre es pureza y el rojo lo prohibido; que cada persona se haga dueño de tener uno, o muchos colores, colocarle cada uno su simple o complejo significado. Sin importar nada. Como cuando vemos un amanecer, atardecer y anochecer pensamos en lo hermoso que es y en la paz que nos transmite el simple hecho de ver aparecer el sol e iluminar la naturaleza, o las personas, ¡todo!, cuando llega la segunda etapa se pone naranja o gris. El sol se va escondiendo lentamente y empieza  a salir la luna con las estrellas, algo que ya no se logra ver mucho por culpa de nosotros, los buscamos donde los humanos no cuidamos lo nuestro, muchas personas lo hacen, tienen consciencia del gran daño que puede causar con solo tirar una basura, otras no, lo hacen sin pensar, sin tener algo de razón, pero claro como todavía no ha pasado gran cosa, no se cae en cuenta del gran daño, así son las personas, así somos, no nos damos cuenta de todo lo que tenemos hasta que se va, se destruye, ¡lo destruimos!, siempre pienso en el gran cambio que se emplea cuando una persona piensa y trata de actuar diferente, razonable, como los que estamos acá en este momento, intentando cambiar algo que ya está hecho, pensando en cómo podemos tener un gran cambio,  escuchando y colaborando. Creo que de eso se trata todo, de ir mejorando cada día, con fallas, pero intentando mejorar.
Esto no es una de las historias o cuentos que tienen un gran final, la cuestión es pensar en quiénes somos, en quiénes nos hemos convertido.
Paula Vélez

Compartir:

Facebook
Twitter
WhatsApp

También te puede

interesar

Revolución del lenguaje
Xenofobia
Peladxs parlantes
Mientras desayunamos