Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

UN POEMA Y ALGUNOS SUEÑOS DE ELKIN RESTREPO

LUGAR COMÚN

Si les dijeran

que todo aquello es amor,

lo negarían.

Viven un hechizo y no se dan cuenta.

Pero él se desespera si no la ve,

y ella acude en su busca

si no lo encuentra.

Sentados en el bar,

podrían pasar la vida entera.

Dos que no saben

que son uno,

y que para reunirlos

se movió de su sitio

el universo mismo.

Y hablan y hablan

(de todo y nada en apariencia),

sin saber

que es del amor que hablan.

***

Para evitar ser atrapada, esta ave tiene cuchillos puntiagudos en lugar de plumas.

***

Por el tubo de la manguera, mi madre recibe noticias de la muerte de parientes lejanos.

***

Inesperadamente, la mujer se vuelve y me dice que soy un demonio. Sin inmutarme, le respondo que también puedo ser un ángel.

***

Intento escaparme, tal es mi timidez, de esta casa habitada sólo por mujeres y donde siempre hay una que canta, cualquiera sea la hora del día.

***

Pido a la mujer que, antes de meterse al baño, me deje verla desnuda. Desnuda parece un maniquí, entonces la abrazo. Luego se viste y se coloca un sombrero para meterse a la ducha.

***

Descubro detrás de mí, una desconocida que me sigue. Cuándo me hago a un lado para que pase, se rehúsa. La muchacha quiere estar siempre detrás; así que continúo escaleras abajo hasta que, señalándome, me denuncia a un par de agentes secretos.

***

Entro en una habitación donde dos mujeres se desnudan e intercambian sus ropas. Amo a una de ellas. Cuando terminan, las abrazo y beso en la boca. Entonces la habitación se ilumina con el destello de un relámpago. Digo, queriendo ser chistoso, que el asunto se está volviendo “macabro”. Después empieza a llover de manera torrencial.

***

Navego por una serie de canales donde, a un lado, a cierta distancia una de otra, hay mujeres bellas y enigmáticas que es necesario evitar. Cantan hermosamente, pero su canto trae riesgos. Si te atrapan, te matan. Al acercarte, dan una vuelta en el aire, dejando al descubierto su cola de demonio, con la que —si lo permites—, te apresan.

ELKIN RESTREPO (Colombia, 1942)

Premio León de Greiff al mérito literario 2018

Fotografía: Sílaba Editores

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