Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

Mujeres colombianas en la ciencia

Diana Marcela Bolaños

Biologa

Bogotana, que amó el mar desde muy temprana edad y quiso que estuviera el resto de su vida, fue así como decide irse hacia cartagena buscando estudiar algo que la mantuviera cerca del agua y se decide por la universidad de cartagena y hace su pregrado en Biología Marina se interesó por los policládidos y ayudar a entender un poco cómo funciona la regeneración de tejidos en animales.Ha sido docente en la Universidad de Cartagena y en la Universidad de los Andes y afirma:

“ Me gusta la docencia porque así como yo fui estudiante inspirada por muchos profesores también quiero inspirar a las actuales generaciones. Creo que los estudiantes son el mayor potencial del ámbito universitario y desde el pregrado se puede empezar a hacer investigación y cultivar el amor a la profesión y la excelencia para la vida profesional”.

En 2012, fue escogida como Bióloga del Año en Colombia “por su labor investigativa, contribución al desarrollo social y científico de la biología”. En 2010, ganó la beca para jóvenes científicas que otorga el programa de la Unesco y la Fundación L’Oreal para realizar su estudio sobre regeneración de tejidos humanos a partir de gusanos planos policlonados.

Se define así misma como; muy enérgica, persistente, la gusta luchar por lo que quiero. Es bastante terca. En el área de la investigación trata de hacer lo que le gusta. Explica también

“Desde el pregrado empecé a trabajar con gusanos marinos, un grupo bastante desconocido en el mundo (…) Si podemos entender sus mecanismos de regeneración, muy posiblemente podríamos aplicar estos conocimientos a organismos superiores como los seres humanos, por ejemplo, con el desarrollo de técnicas, curas o terapias génicas”.

Y sobre lo que es ser mujer en la ciencia.

“Las mujeres tenemos una tenacidad y una dedicación que de pronto el otro género no tiene. Afrontamos las cosas de una manera diferente (…) Tener distintos roles en la sociedad: ser madre, esposa, ahora somos profesionales, ya no nos quedamos en la casa. También somos las que aportamos (financieramente). Tenemos un sentido que no tienen los hombres”.

Maria Páramo

Geóloga – Paleontóloga

Realizó sus estudios de pregrado en geología en la Universidad Nacional de Colombia. Su doctorado en Paleontología lo realizó en la Université de Poitiers, Francia.

1991, Páramo obtuvo su grado de maestría de la Universidad Nacional de Colombia con una tesis titulada Posición Sistemática de un reptil marino con base en los restos fósiles encontrados en capas del Cretácico Superior en Yaguará, Huila y su grado de doctorado en 1997 de la Universidad de Poitiers (Université de Poitiers) con la tesis Les Vertébrés marins du Turonien de la Vallée Supérieure du Magdalena, Colombie, Systématique, Paléoécologie et Paléobiogéographie (Los vertebrados marinos turonianos del Alto Valle del Magdalena, Colombia, Sistemática, Paleoecología y Paleobiogeografía).

Páramo, junto con su colega paleontólogo Fernando Etayo, colaboró en la descripción del primer fósil de dinosaurio encontrado en Colombia, Padillasaurus leivaensis de la Formación Paja, cercana a Villa de Leyva, Boyacá.[4]​

El trabajo de esta paleontóloga de la Nacional ha permitido conocer las especies que habitaron los mares colombianos hace millones de años.

Cuando era niña coleccionaba pequeñas figuras de dinosaurios de plástico que le compraba su mamá. A medida que fue creciendo, el interés por estos gigantes que habitaron el planeta hace más de 250 millones de años se disipó y sólo fue hasta el día en que junto a su profesor y un grupo de compañeros de Geología de la Universidad Nacional descubrieron en el Huila el cráneo de una especie de reptil marino que sólo vivió en nuestro país, el Yaguarasaurus, que volvió a sentir que lo suyo era la paleontología.

María Páramo ha dedicado gran parte de su vida a rastrear y estudiar los reptiles marinos que poblaron los mares colombianos durante la misma época que los dinosaurios recorrieron la superficie terrestre. Sus días han transcurrido entre viajes de exploración al Huila, Santander, el Valle Superior del Magdalena y Villa de Leyva, y largas jornadas en un laboratorio descifrando fósiles de cráneos, aletas, vértebras y colas que pertenecieron a especies de hace 130, 125 y 90 millones de años.

No ha sido una tarea sencilla. A diferencia de países de Latinoamérica como Argentina, en donde desde hace un siglo los paleontólogos vienen haciendo excavaciones en regiones áridas de la Patagonia, o de Chile y Brasil, que han destinado importantes recursos para financiar este tipo de investigaciones, Colombia tiene una vegetación muy espesa y rocas profundas que dificultan el hallazgo de fósiles. Además, no hay suficientes paleontólogos y la mayoría se han especializado en microfósiles e invertebrados.

Precisamente, esta ausencia de profesionales interesados en estudiar los reptiles marinos que a María Páramo tanto le atraen fue lo que la motivó a vincularse como docente del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional y apartarse del sector privado y de Ingeominas, en donde estuvo por 11 años. Estaba convencida de que a través de sus clases y los resultados de su trabajo podía contagiar de su entusiasmo a las nuevas generaciones.

Además de vincularse a la academia, María Páramo impulsó, con la ayuda de otros colegas, la creación de una fundación para rescatar fósiles en nuestro país. Hoy, desde su papel como educadora e investigadora de la Nacional, contribuye a estudiar los restos que ha encontrado o recuperado de manos de coleccionistas privados con la Fundación Colombiana de Geología.

A esta paleontóloga lo que más le ha causado fascinación de sus hallazgos es haber podido comprobar que el territorio colombiano aún está por explorar, que su riqueza en materia de fósiles es inmensa, pero faltan manos para realizar esta dispendiosa tarea.

Aunque todavía no se ha podido elaborar un mapa que dé cuenta de en qué regiones del país habitaron determinados reptiles, ya se sabe que aquí hubo especies autóctonas que no vivieron en ningún otro lugar del mundo, que en ese entonces el mar llegaba hasta el piedemonte llanero y que por eso departamentos como Boyacá, Cundinamarca y el Huila son ricos en fósiles, y que la vegetación era principalmente de helechos y coníferas.

Catalina Pimiento

Paleobióloga

Catalina Pimiento es una bióloga colombiana, investigadora en paleobiología de la conservación de tiburones. También dedica parte de su tiempo a la educación en ciencia y la divulgación científica, dándole mucha importancia al público infantil.Nació en Bogotá, donde vivió hasta sus 20 años. Estudió Biología en la Universidad Javeriana y realizó en México su tesis acerca de la ecología de poblaciones de los tiburones ballena del Parque Nacional Isla Contoy.

Luego de graduarse como bióloga viajó a Panamá, donde trabajó con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. Inicialmente estuvo en el Laboratorio Marino de Naos, estudiando los patrones de migración de los tiburones ballena en el Archipiélago de Las Perlas (Océano Pacífico). Luego pasó a trabajar con Carlos Jaramillo, PhD, en el Centro de Paleoecología Tropical y Arqueología (CTPA), como asistente de laboratorio. Allí descubrió su vocación por la paleontología.

Gracias a su nuevo interés por la Paleontología y su amor por los tiburones, viajó a Estados Unidos para realizar una maestría en la que trabajó con tiburones fósiles, bajo la dirección del paleontólogo Bruce MacFadden, PhD.

En su tesis de maestría describió la Fauna de tiburones de Gatún (Formación Gatún, rocas del Mioceno tardío de Panamá). Propuso que el área de estudio habría sido (durante el Mioceno tardío) un área de crianza* para la especie Carcharocles megalodon. Este sería el primer registro fósil documentado de un área de crianza para esta especie. Este estudio mostró que los tiburones han utilizado áreas de crianza por millones de años como una estrategia adaptativa.
Su investigación fue de gran impacto, no sólo en el mundo científico, sino para la sociedad en general, dando pie a su aparición en diferentes medios, incluyendo un documental de NatGeo llamado “Clash of the Americas”.

es curadora-invesitigadora del Museo de Historia Natural de Florida (FMNH). Continúa estudiando tiburones fósiles neotropicales (especialmente el Megalodón), que le permiten realizar interpretaciones paleoecológicay paleogeográficas. Además es profesora de paleontología de la Universidad de Panamá y continúa vinculada al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

 

Brigitte Luis Guillermo Baptiste

Biologa

Inicia estudiando arquitectura y en el segundo semestre transgénero colombiana, experta en temas ambientales y biodiversidad en Colombia. Actualmente es directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt

“Ser transgénero es ser capaz de moverse a través del género sin quedar atrapada ni anclada en ningún estereotipo ni en un rol definitivo. Es ser capaz de explorar y construir el equilibrio entre lo femenino y lo masculino, y moverse entre las dos definiciones y hacia los lados. Es no limitarse a nada; no asumir ninguna relación obligatoria entre género, preferencia sexual e, incluso, cuerpo”,

Baptiste es bióloga de la Universidad Javeriana, de donde se graduó con una tesis sobre la ecología de la pesca en el Amazonas. Realizó una maestría en conservación y desarrollo tropical en la Universidad Internacional de Florida, gracias a una beca de la Comisión Fulbright, y un doctorado en economía ecológica y manejo de recursos naturales en la Universidad Autónoma de Barcelona.

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