Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

AUNQUE ESTÉ DICHO

Para Sara

 

Por qué habrías de disculparte. No tendrías porqué saberlo. No te inquietes.

La poesía es la más antigua fuente de sabiduría. Es la madre de nuestro lenguaje, de nuestra comunicación.

Aunque haya en ella opacidad, tortuosas sendas, meditaciones cortas entre dilatados silencios, la poesía nos habla en el idioma de todos los días.

La poesía, por ejemplo, es la vía preferida de los amantes: con ella el beso está más cerca. El beso de cada boca y de todas.

Su palabra habita todo lo habitable, es un fuego naciente frente a la existencia y su pesadumbre: aunque no sea un consuelo, la poesía nos da el valor para seguir viviendo.

La poesía como la muerteestá viva y no se anda con rodeos. Todo lo que se puede conocer está en su voz, en su música, en su brusca levedad y en sus dulces azotes.

Solo escucha cómo te habla al oído: ese íntimo rumor, el susurro con que pules la mirada. Si puedes, baila con ella bajo esa luna que realza tus pechos. Tu roja cabellera.

Haz que vibre en tu piel, que se hunda en esas manos tuyas que saben de cansancios y nuevas conquistas. Permite que te lleve lejos, al lugar que palpita dentro de ti.

No te detengas ahora que te ha encontrado. Que te topaste con ella. Sal a caminar en su compañía.

¡Aún falta su mejor pirueta!

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