Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

I

El deseo es lo único que no puede ser falso

Deseo no es una emoción, deseo es la magnitud de la emoción

Es corrosivo, es indómito, es mortal

Lo ocupa todo y yo me preocupo por mi escritura, mi “nosotros” y mi proceso laboral

Me preocupo por cómo se me mueve el deseo, lo que alcanzo a negociar, cómo me entrego a una única cosa y por minutos lo demás desaparece

Pero, después de todo, la apuesta es completa cada vez

En nuestras sagradas horas

II

Hasta ahora no ha salido y también sí

Las veces que sí han sido seguidas por otras veces que no y vuelvo a estar con todas las fichas para volver a apostar

Es decir, todo el deseo

¿Pero quién me puede juzgar? ¿Por qué hasta hace poco me evaluaba con tanto rigor?

Puede que no haya amado al amor de mi vida pero he amado personas.

Y las personas son casi tanto de espectaculares

Son muchas las luces las que se pueden encender dentro de otro ser

El retorno de todos los colores y nadar mar adentro

III

En el interludio entre el no y el sí pasa algo igual de importante

Vuelvo a mí

El papel reemplaza la piel

La tinta la sangre

Y el grafito los humores

Algún día el deseo totalizante se unirá al deseo inmortal y compartirán cualidades

Todavía no sé

Aprender

Deseo

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