Vigilar el poder, mapear el placer y habitar Medellín

Samuel Velazquez

Grupo de estudio: Somos la Oveja Negra, “Hacer del pasado Territorio”

Conociendo la historia Antioqueña

Biografia

Nacido en Santa Bárbara, Antioquia, en 1865, es llevado por sus padres, Hermenegildo Velázquez y Mercedes Botero, a la ciudad de Manizales, en donde realiza sus primeros estudios. A los 16 años y ante la necesidad de encontrar un centro académico, viaja a Medellín para ingresar a la Universidad de Antioquia.

Bogotá, como capital del centralismo, lo acoge para que realice su encuentro con las letras, las líneas del dibujo y los colores de la pintura en el Colegio de San Bartolomé, el Rosario y la Escuela de Bellas Artes. En medio de una sociedad mayoritariamente sin estudios como era en la que le correspondió vivir al poeta de Santa Bárbara, mantuvo su preocupación por la escritura hasta el punto que Samper Ortega, dijo: “…es un gran pintor que escribiendo, sabe distribuir las masas, dar perspectiva necesaria a su paisaje, penetrar en el carácter de sus modelos y disponer convenientemente de las luces y sombras -gracia y sentimiento- con ojo certero y pulso firme. Samuel Velázquez tuvo la suerte de vivir una vida dedicada a las artes y a la literatura, en el seno de su cariñosa y distinguida familia”.

Su novela Madre obtuvo el primer premio en el concurso de narrativa colombiana realizado en Medellín y es considera su mejor obra, y más cuando, en reconocimiento, es traducida al francés, al inglés, al polaco y al ruso. El conjunto de su creación literatura está concebida dentro de la escuela del costumbrismo. Con interés de sentido, el autor coloca en evidencia a arrieros o conductores de recuas de mulas con expresiones del habla antioqueño. En Madre, se producen escenas dramáticas: “Viendo Inés la gula de muerte con que iba a hundir a su amante de un garrotazo, se lanzó a detener el arma, y la detuvo, pero no el machete de Felipe, que por atajar el golpe del palo, cayó fúlgido y mortal como un rayo sobre su cabeza. Dio un grito, abrió los brazos y se fue boca abajo.

“Todo sucedió tan velozmente que la señora no tuvo tiempo para detener a la joven. -¡Me la mataron, por fin!… ¡Hija de mi alma!…”

A comienzos del Siglo XX, cuando en los campos de Colombia se produce la Guerra de los Mil Días, para superar las restricciones que impone el conflicto bélico, Samuel Velázquez, con otros poetas, se reúne en la capital del país en “La Gruta Simbólica”, donde participa de tenidas literarias, a través de diversos actos como fiestas, discusiones sobre arte, veladas teatrales, sainetes o concursos para premiar a los mejores sonetos.

Su actividad de escritor la traslada al periodismo donde colabora en medios como Caras y Caretas de Buenos Aires, Blanco y Negro de Madrid, y en Colombia en El MontañésLa Revista GrisCromos, y El Gráfico, de Bogotá en 1915, donde se responsabiliza de los editoriales sobre diversos temas de actualidad. Su poesía ilustrada, por él mismo, y recogida en el libro Sueños y verdades, mantiene el costumbrismo como sucede con su poema “Manizales”: “Al hollar los colonos de bíblicas guedejas/ en busca de un asilo, la enhiesta serranía,/ se alzó una fuga de águilas, oscureciendo el día,/ y al Chimborazo fueron a relatar sus quejas”.

Tomado de: Poetas de Colombia del siglo XX

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