No importa que tan lejos esté el mar Tengo que hablarle al mar
(El cielo es demasiado seco para nuestra boca)
(La tierra demasiado densa para nuestros sueños)
(El fuego demasiado radical para nuestros errores)
Uno va hundiéndose y hundiéndose más en su propio mar
Como aquella navecita que se ve ínfima penetrando la oscuridad
Sola, muy sola
Uno no adivina si más abajo habrá alguien
Pero se sorprende de las luces que nacen en el inverso
(Inverso del hábito sobre la posición de las luces)
Es exploración
No podemos responder por lo siguiente
Sólo seguir hundiéndonos si está en nuestra naturaleza