De un padre tonto a su hija
que lo acompaña y escucha
Dos memorias me tienen.
Hay una zona en que se confunden.
Jorge Luis Borges
Niña que alumbras mis ojos,
antes de perderme dame tu abrazo.
Ve y corre por el bosque,
nada y dale la vuelta al mundo.
Demórate,
aprende la elipse,
escala la pirámide
y luego destrúyela,
entierra la quijada
usada por los asesinos.
Vuela y cabalga el rayo,
busca, encuentra,
crea para lograr la victoria.
Que no te acalle la prisa.
Evidencia tu despertar,
la revelación de ti misma.
Pon la piel en el empeño.
Permítete soñar
como yo lo he hecho.
Y cuando te sientas agotada,
cuando seas una pesadilla para ti misma,
descansa, es un deber.
Sé virtuosa,
la única mujer virtuosa del mundo.
Porque en el tiempo en que te escribo,
tal parece que la virtud
es un capricho de hombres y mujeres
viejos y tontos.
Embriágate de vez en cuando.
Sólo quien se embriaga
puede soportar esta existencia
abrupta y empantanada.
Su sinsentido.
Muestra tu fortaleza,
haz vida tu fragilidad:
conócete a ti misma
amándote siempre.
Sigue siempre tu propio camino,
el de tu decisión.
Con asombro,
con valentía.
Que sólo te interesen
las palabras sabias.
Yo no tengo ninguna para ti,
o quizá las tenga todas.
Eso no importa.
Son pocas las personas que las tienen.
Y nunca se encuentran en los supermercados.
Recuerda siempre
las palabras de otros días:
¡para hacer algo conveniente,
es conveniente hacer algo!
Aprende a ser responsable
con la libertad que te otorgo.
Que el afuera no sea tu único deseo;
aunque el mundo no esté
definitivamente por dentro.
Acude con calma
por los caminos del saber,
lenta al desentrañar los misterios
que te van dejando sin habla.
Morirás como todo lo que vive;
esa es la única certeza.
Ten cautela, no obstante.
Procura tu serenidad.
Y tras maduro examen
aprende a vivir
agotando la vida en la vida.
Ama para conjurar
los pájaros negros
que sobrevuelan el cielo
atraídos por la mortecina.
Ante todo,
ama lo viviente.
Escucha mi enseñanza,
y véncela una vez la hayas comprendido.
Respira y ríe y juega.
Mas una vez me haya ido
como en mi primer poema
-aunque no te pueda ya escuchar-,
canta para mí con tu voz de agua.
Tomado de mi libro, Con la Piel en el Empeño (2015)
www.youtube.com/watch?v=xpFwmguxCrM
Imagen: Mi hija Daniela, tomada de WhatsApp