Vigilar el poder, mapear el placer y habitar la ciudad

Al reflejo de tus ojos desnudos me inclino, A tu mirada inocente y loca, A ti, a tu reflejo donde me veo, Y a ti te veo en mis ojos… A tu reflejo hombre guerrero, De alma profunda y corazón mágico, A ti, y a tu inocente boca, A ti, y a tu interior reflejo… Te veo, como veo en mí una niña de tiza rodada en un muro muy viejo súbitamente disuelta por el agua de la lluvia, Reflejo como se abren los capullos, a tu reflejo me inclino, mi guerrero, Como el borde filoso de la noche es tu reflejo.

Anycar.

Contamos historias con la mirada.