Vigilar el poder, mapear el placer y habitar la ciudad

Solo un día en que te levantas y te das cuenta a conciencia que sientes… el frío del piso, el olor de café, la mano tibia que te toca, oír el trinar de las aves que se levantan con el alba, la respiración tranquila de mi hija en su regazo, solo un día… sientes, el latir de tu corazón que aún se agita con las emociones.

María Monso Arroyave