Estaba ahí sentada afuera de la casa de vacaciones de mi familia, admirando la mejor vista que he visto en toda mi vida, en fotos no se puede admirar la belleza de ese lugar, estoy segura. Tampoco se puede sentir lo que ese lugar transmitía. Transmitía paz, amor, curiosidad, sentía una conexión con la naturaleza y no quería salir de ahí nunca, esa paz me hacía olvidarme de todo y de todos pero lo raro es que solo pensaba en ti, solo pensaba en lo hermoso que sería estar ahí contigo, que me abrazarás y no me soltarás nunca, era lo único que anhelaba y lo único que pasaba por mi mente.
Cuando ya salió la luna quedé aun más enamorada de ese lugar, me tumbé en el pasto y no me importó que los bichos me molestarán, no me importo nada. En el cielo no había espacio para una estrella más y la luna estaba entera y más brillante que nunca. Definitivamente era la noche más hermosa que he visto en mi vida, había tantas estrellas y me dije que cada una de ellas era un ser que tenía vida propia.
Vi una estrella que me llamó mucho la atención porque no brillaba tanto como las otras y no estaba tan rodeada de estrellas como las otras. En esa estrella vi más vida que en las otras porque ella no era como las demás, ella era diferente, ella no necesitaba tener estrellas a su alrededor para brillar, ella brillaba por si sola. Esa estrella me hizo recordarte porque eres tanto mostrando tan poco y por eso me encantas. Simplemente me di cuenta de que me gusta lo sencillo con un valor grande.
Camila Guisao