Elige la vida.
Elige lencería de diseñador, con la vana esperanza de dar un soplo de vida a una relación que ya está muerta.
Elige bolsos, tacones altos y terciopelos o seda para hacerte sentir que todos creen lo que es ser feliz.
Elige un iPhone hecho en China por una mujer que se lanzó de una ventana y lo metió en el bolsillo de tu chaqueta fabricado en un taller clandestino del sudeste asiático.
Elige Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram, y mil maneras de escupirle tu bilis a gente que jamás conociste. Elige actualizar tu perfil, cuéntale al mundo qué desayunaste con la esperanza de que a alguien en algún lugar le interese.
Elige buscar a tus exnovios desesperada por no creer que no te ves tan mal como ellos.
Elige transmitir en vivo desde tu primera masturbación hasta tu último aliento. La interacción humana reducida a simples bytes.
Elige diez cosas sobre los famosos que se operaron.
Elige opinar sobre el aborto, criticar a las violadas, tildar a las prostitutas, filtrar videos porno y sumarte a la infinita marea de deprimente misoginia.
Elige la promesa insatisfecha. Elige aprender de tus propios errores. Elige ver como la historia se repite.
Elige la decepción. Elige tu futuro.
Elige la vida.
T2, el choose life de T1 todavía tiene mucha vigencia.