Por: Casa de las Estrategias
En 8 días en Medellín perdimos personas que nos hacían falta en la Vereda La Loma, barrio Córdoba, San Jośe la Cima, Aures, Kennedy, Villa Niza, Perpetuo Socorro, vereda el Picacho, La Candelaria, Playón de los Comuneros, Aures, La Palma, Castilla.
Daniel, Héctor, Johany, Pérez, John, Edwin, Darwin, Erney, Jhojan, Alexis, José, Rafael, Brandon, Steward, Juan Pablo, Daniel, Antonio ya no están aquí y en Medellín no nos sobraban.
Las familias González, García, Osorio, Nieto, Agudelo, Loaiza, Espinosa, Guerra, Linares, Sepúlveda, Murillo, Arboleda, Saldarriaga, Mosquera, Florez, Giraldo sufrieron el peor desgarre.
Estamos perdiendo adolescentes hasta de 14 años.
Tampoco es una coyuntura y como es irreversible, seguimos cargando con la amargura de todas nuestras décadas.
“Gloria María Gutiérrez Botero, 37 años, odontóloga, madre de Maria Camila Hurtado, esposa de Jesús Alberto Hurtado. Falleció en la Bomba del Centro Comercial El Tesoro.”
“Siempre eres y serás el padrino de Isa. El tío que la cuida desde el cielo.”
“El 21 de Enero del 91 una bala entró por su espalda y partió su corazón en dos. Debo decir que no fue el único corazón destrozado esa noche.”
“Le propinaron varios disparos. David cayó de su moto y rodó hasta una acera cercana a un colegio de la zona. Allí falleció. Allí terminó su historia, esa que para mí, había comenzado en 1987, cuando lo conocí. Éramos niños. Él, uno de los “ricos” de la cuadra, pues fue el primero en tener Nintendo, el primero en tener bicicleta, el primero en tener VH y el único que se iba de paseo con su familia todos los fines de semana. También era el dueño de uno de los dos únicos balones de la 101, la calle principal de El Socorro.
Yo era dos años mayor, y por lo tanto era más diestro para el fútbol, por eso me respetaba y siempre me buscaba para jugar, y para que hiciera parte de sus equipos. Su mamá se llama Ana, y es amiga de la mía: Silvia.
(…) Yo creía que iba a ser alguien importante, pues estudiaba, hacía deporte y le obedecía a la mamá.
Tenía menos de 18 cuando lo mataron, y su muerte me hizo sentir muy triste, pues con él crecí, con él perseguí globos y tiré chorrillos, con él jugué grandes partidos en las canchas de arena del barrio, y con él me deslicé en costales de fique desde el Morro.
Todavía lo recuerdo, con su pelo negro, su cara redonda, sus ojos grandes y sus orejas pequeñas. Todavía lo recuerdo estrenando BK o LA Gear en los diciembres, dándome natilla de la que hacía su mamá, e invitándome a jugar Mario Bros los sábados por la tarde.”
¿Matar lo que está tan vivo? ¿Matar algo tan apreciado, tan querido?
Lo que pasa es que era una odontóloga, lo que pasa es que era un tío, lo que pasa es que era dueño de uno de los dos balones de la cuadra, lo que pasa es que estaba enamorado, lo que pasa es que era un padrino, lo que pasa es que era el ser amado de alguien.
Lo que está pasando es que están matando a los seres queridos de otros y eso es un problema de nosotros. Nunca más justificar, nunca más culpar a la víctima. La única posibilidad es sacar al homicidio de nuestro repertorio.
El 14 de diciembre de 2017 en La Loma de Medellín (San Cristóbal) fue asesinado Juan David González, llamado cariñosamente por sus amigos como Nichi. Este chico de 17 años estuvo participando de Agroarte en el 2014. Hoy nos tocó más cercano el homicidio pero seguimos recordando que cada víctima de homicidios es de todos y que esto nos está pasando a toda la ciudad.