Nos moviliza esa frase de Woody Allen de “political solutions does not work”. El arte nunca ha querido servir, pero siempre ha servido para imaginar, casi por definición las utopías no sirven para nada, pero “sirven para caminar”.
Si todos somos artistas, los artistas de tiempo completo tienen por lo menos que arriesgar esa pérdida que en nuestros tiempos parece definitiva: ser inviable.
Se trata de la entrega total para no dejar reservas. A diferencia del resto que tenemos un diario, cantamos en karaokes o hacemos cerámica los fines de semana -que somos artistas de tiempo libre-, esos que llamamos artistas están entregados y en esa entrega lo primero que tienen que arriesgar es su viabilidad, o sea su bienestar.
El artista de verdad no se puede quedar esperando que la sociedad cambie para empezar a ser artista porque es esa ausencia de cambios -o esos permanentes cambios para que todo siga tal cual- lo que en últimas lo motiva a ser artista: “las insuficiencias de la realidad”. No se puede romper, desvencijar cada ocho días, un ratico por las tardes porque es mucho, es tanto lo que hay que decir, es en cada rincón del día y de la ciudad que hay que reclamar el dejar de ser cómplice, cómplice de la realidad. Básicamente el artista deja de ser cómplice de la realidad y eso no se puede hacer a raticos.
Estamos optando por un arte que aunque sea muy abstracto, aunque no se deje atrapar y usar, aunque contradiga a ambos lados, este arte está movido por el ardor. El artista es insoportable hasta para sí mismo y sólo se contiene en su propia obra, por fuera es una gran decepción, pero esto obedece a que su inconformismo es muy fuerte, no se halla y su obra siempre va a ser más grande que este, es imposible ser coherente con esta.
Poniatowska en su libro Leonora simula un diálogo donde una pintora le decía a Carrington que si alguna vez se encontraba iba a dejar de hacer arte.
El arte se alimenta y se alimenta del artista, no necesariamente debilitándolo, pero muchas veces haciéndolo sufrir y todas las veces desacomodándolo. La época artística más estéril y la escena más aburrida es la de la satisfacción.
Latinoamérica Imaginada por artistas quiere ser una invitación a más que una discusión estéril, quiere sumar a un desacomodo en el encuentro y desencuentro artístico. Se trata inicialmente de una pequeña base de datos de 10 artistas en Colombia, 10 artistas en Brasil, 10 artistas en Cuba y 10 artistas en Venezuela.
El artista se desacomoda cuando hace estado del arte y siente insuficiente lo que está haciendo o planeando, cuando se enfrenta a alguien que está haciendo lo mismo o haciendo lo que había imaginado, cuando se hace testigo y le toca digerir lo brutal de nuestros tiempos.
Queremos empezar a trazar la invitación a un manifiesto, dar algunos esbozos para que sea escrito y hasta vuelto a titular sólo por artistas. Preguntamos por las siguientes ideas -para imaginar Lationamérica ahora- y estaría bien que fueran destruidas:
1) La mercancía encapsula a una propuesta o rastro artísticos cuando este ya es tan comprendido que ya es pasado o ex-arte.
2) No hay una real economía para el arte porque cuando se le pide al arte que sea productivo, entretenido y práctico empieza sólo a ser económico y ya para nada artístico.
3) Los empresarios del voto y dueños de la estatalidad necesitan las fronteras para poder evitar cambios desde un centro y los artistas necesitan mantenerse en las márgenes desde donde sea más fácil borrar fronteras.
4) La guerra y la violencia es falta de creación y por tanto mediocridad pura.
5) Tendremos que hacer arte sin autorización, con ayuda o sin ayuda del mercado porque es necesario para esta época el arte que cura, el arte que moviliza y porque el arte es el único que puede generar el cambio cultural desde las sensaciones más profundas.
6) Con el arte nos saldremos de las realidades mentidas de aquellos que tienen dañado el aparato del deseo y las sensaciones y entraremos en la ficción sagrada que tiene el delirio vivo de imaginar a todos sin reducción.
7) El gobierno de la imaginación es dejar imaginar a los artistas para que los servidores y constructores obedezcan.
8) Necesitamos cuerpos imaginados y reanimados por el arte porque el derecho y la medicina ya tuvieron su oportunidad y no funcionó. En el imperio del arte lo natural será cuidar y renacer.