Vigilar el poder, mapear el placer y habitar la ciudad

Que el pan sea pan y mar el mar

Basta de conjeturas

Murciélagos lunares o roedores de orquídeas

Toda palabra tiene precio

Las palabras que atacan como rayos o víboras

Y también madre

Amigo

Y alcohol y cama y mesa

Y el hijo concebido a dulces empujones

Y los hongos que provocan destellos de amor

O resplandores de muerte

Y el poeta que cae bajo las balas

Como un sol que la noche acribilla

Que el pan sea pan y mar el mar

Y el agua eterna

Pero la sed eterna

Para poder decir al fin:

He hallado un pan junto al mar

Los buitres sobrevolaban mi amor

He mordido una orquídea

Los buitres disputaban un cuerpo querido

He guiado camiones y dormido en aserraderos

Los buitres devoraban a mi amada

Viajé de noche sobre la arena caliente

Invoqué los nombres secretos

Conjuré un maleficio

Contuve una catástrofe

Conduje a un águila a su nido

He muerto con mis muertos y estoy vivo

Cuando llegué a la ciudad

Un loco vagaba por las calles

En su mirada había un cuchillo

Le di mi mano

Lo miré

Le hablé y mi voz duró entre los astros

Éramos sólo dos sobre la tierra

Pero éramos dos sobre la tierra

La soledad se hizo añicos

La poesía palabras

MARIO TREJO (Argentina)