Medellín se transforma. Entiende las necesidades de sus habitantes y comparte con ellos una diversidad cultural increíble. Nos levantamos de las cenizas para entender también lo que el otro o la otra está viviendo. A esta ciudad, llegamos a refugiarnos muchas personas por las dinámicas violentas que estamos viviendo. Sigamos siendo buenos anfitriones y cuidémonos en esta lucha por dignificar nuestras vidas.