Los lugares del arte en Caracas tienen una intensa personalidad: La Poeteca, La ONG, el Nuevo Nuevo Circo de Cáracas, la Camerata Barroca y Mákina Crea. Llegamos a una orilla de la ciudad un poco más fría, donde se escuchan los insectos y pájaros nocturnos.
Ya en la casa uno siente la calma de haber salido de la ciudad, una casa espaciosa pero muy bien habitada de sillones mullidos y un perro que es el principal morador. Pasamos por una gran vidriera que daba a la sala de ensayo y llegamos a un patio exterior no muy grande donde empezamos a conversar con Raquel, Jaxi y Joshua -que se nos une luego de terminar un ensayo-.
Mákina Crea arrancó como el nombre de una productora audiovisual, y así siguen teniendo las cámaras y las oficinas de edición de video; pero ahora es también productora creativa, estudio musical; dedicándose a la postproducción y brindando un espacio como residencia artística, para exposiciones de videoarte con un tema gastronómico -al que invitan a un chef distinto cada mes – y ensayos de música. Le están apostando a grabar con muy buena calidad las bandas juntas para no perder el misticismo de la obra musical integrada; esto requiere una buena cantidad de equipos y mucho más oficio para que el monitoreo y las repeticiones no se hagan infinitas al juntar la voz y todos los instrumentos en la misma grabación.
La sala de ensayo que se integra a todo el proceso de grabación es el santuario de la casa: un cablerío amplio con una luz muy bonita y custodiado por obras de arte contemporáneas -en especial un Karma-Boy-.
“Que sea uno de tantos centros de operación en Latinoamérica (…) y que ustedes se vayan de aquí y sepan que aquí tienen un refugio y que cualquier parcero que tenga la necesidad de pasar por acá, aquí va a ser bien recibido (…) Y no necesitamos ninguna otra certificación más que confiar en la buena conexión”-nos dice Jaxi-.
Ellas y él también tienen una búsqueda personal latinoamericana: Joshua dice que ser latinoamericano es “una bendición”, en el caso de Jaxi nos habla de la búsqueda de la resistencia en buscar una identidad propia y de lograr que el arte sea universal apelando a una raíz muy propia y Raquel nos habla de la riqueza única en el ritmo y en el sabor de la música latina.
“Primero que nada somos ciudadanos latinoamericanos, y la riqueza cultural que hay acá en Latinoamérica es impresionante, (…) y los ritmos latinoamericanos donde tú los pongas pana eso pone a la gente alerta (…)”-nos dice Raquel-.
“En mi caso, como músico, que uno siempre está en una búsqueda de identidad, uno tiende a buscar otro tipo de músicas, otro tipo de propuestas, sobre todo la latinoamericanidad, la venezolanidad”-dice Jaxi-.
Nos dice Mákina Crea que se imagina a Latinoamérica como una carretera en un mapa, como una ruta en un mapa; por esa autopista viaja la música, las imágenes-. Ellas están abriendo un camino para los que vienen y encontrando su propia respuesta para una crisis venezolana que genera una gran necesidad expresiva. En septiembre de 2019 llegamos a Caracas un minuto después de esa gran tormenta, donde la gente empieza a construir una nueva calma creativa y rebelde en medio de la catástrofe. Lo más grave de la escasez había pasado, la situación estaba dura, pero se había pasado probablemente por lo peor y como la rabia y la confrontación no puede durar para siempre, muchos estaban buscando otra emoción que les ayudara a construir otra realidad.
“Estamos saliendo de un hueco, en el que nos montaron así una bota, por un lado, lo oficialista, por otro lado, lo opositor, y entonces te tenía así y así, y no estabas haciendo lo tuyo, entonces ahora nos quitamos la bota, marico váyanse ustedes a coñazos, porque si no lo hacemos nosotros, nadie lo va a hacer por nosotros”.
“No ahogarnos en nuestro propio vómito”.
Nos explican que lo que ahora conecta a una red de artistas en Venezuela es el obstáculo adicional de la crisis, que se suma aún más al desafío de la independencia. Es asombroso el número de bandas desmembradas por la migración y atrás quedaron los días en los que el poder adquisitivo hacía que fuera fácil pagar una tarima y de la nada hacer un evento o una producción, pero -como dice Joshua, “depende de cada quien salirse de esa pesadilla” y comenzar a vivir el sueño.
“El primer latido de un despertar… que está naciendo. Porque si en la escena está pasando algo es porque los artistas lo están propiciando”.
En su niñez Raquel tenía en Barquisimeto futbol, los primeros recuerdos son de su papá con una guitarra, el papá también toca el cuatro; él intentó desde muy temprano que ella se dedicara a la música, pero había una cierta rebeldía en la preadolescencia y ella decía música no, mejor entrenar fútbol. Sin embargo, un día llegó una guitarra y ella la tomó al escondido y desde los 13 o 14 años dejó de madrugar a las canchas, para que la madrugada la encontrara con una guitarra. Más tarde se encontraría con la banda caraqueña Desorden Público, a la que la reconoce como una escuela.
La historia de Jaxi también está atravesada por una guitarra, tuvo formación de muy niña en el piano, pero su profesor la sacaba de honda con su manual prusiano y después incluso con un gran profesor de guitarra -Nestor Viloria-, dejó la academia. El nombre de Jaxi viene de Javier y Xiomara, pero Xiomara, su madre, una odontologa, fue la primera persona que realmente entendió su talento, le ayudó la sensibilidad de los Golding con el arte.
Cuando Raquel tenía 17 años ya tenía una banda de Punk integrada por tres mujeres que se llamó Maphalda, de esa época recuerda como una gran alegría tres niñas que se les acercaron después de un concierto en el barrio, les dijeron que querían ser como ellas.
Jaxi recuerda a su mamá en medio del humo en el público de un concierto en el que fueron teloneros de una banda de reconocimiento internacional. La mamá se aguantó toda la incomodidad del concierto, con tal de verla con su banda de esa época.
Raquel nos dice que a los 17 años veía más obstáculos que los que ve ahora para las mujeres en la música, ellas buscaban las mujeres inspiradoras en la música y se encontraban antes con Madona, Andrea Echeverri, ahora la escena es más amplia y lo que se calla menor. Estas mujeres juntas están en contra de una sociedad extractiva y están produciendo una burbuja o un espacio donde respirar, un espacio y procesos más sostenibles para una sociedad donde haya más creación y menos consumo, más centros culturales que comerciales.
Su idea del arte y lo que quieren lograr con este se complementa, Jaxi lo ve como un acompañamiento y hasta un consuelo, mientras que Raquel lo ve como una fuerza de cambio, una manera para cambiar la forma de pensar.
“El arte es como la parte intangible de la ciencia. La ciencia cuantifica la existencia y el arte te hace cuestionártela aún más. Es parte de la búsqueda del humano per se, encontrar nuevas formas, preguntárselo todo, combatir los propios demonios”-dice Jaxi-.
“La música es el aire que respiro”
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Fuentes
- Entrevista a Mákina Crea y visita a su casa en Caracas en septiembre de 2019.