La poesía de Krisma Mancía es desenfadada y sin embargo versa mucho sobre la muerte. Empezó con una especie de cosmogonía y luego tiene poemarios que de alguna manera intentan abarcar menos; en los últimos hay más narración y más observación, parece que estando cada vez más afuera, logra también contactar algo más porfundo en los que la leemos.
Cuando la conocimos entendimos desde su risa más su poesía: ella escribe a veces cosas provocadoras donde pareciera haber cinismo, pero no hay crueldad o ninguna emoción que redunde en el daño, más bien su fuerza es referirse a un tema duro y auténticamente volverlo menos complejo, más vital y hasta más colorido.
Nos explica que en su camino ha ido domesticando ese personaje, ese ego, haciendo poesía que siente mucho, pero donde puede recurrir más a una exploración empática, que a su propia experiencia. Sobre el tema, explica con humildad que todo literato trata siempre tres asuntos: el amor, la locura y la muerte.
Una primera escena nos lleva a la peor parte de la historia del conflicto interno de El Salvador y ella aún una niña en una familia claramente pobre, donde la mamá era de orígenes muy campesinos y el papá era un obrero que ponía música clásica y cuando había toque de queda les leía a García-Lorca.
Una segunda escena nos lleva a un taller literario en el que conoció a su esposo Rafael Manjívar. Ella recuerda que él le decía que escribiera corto y ella en rebeldía escribió La Era del Llanto. De ese encuentro afortunado, también conocería la mezquindad de las críticas de aquellos que no podían concebir que ella -mujer pobre que no venía de familiar de artistas- hubiera escrito sin ayuda una obra -aunque prematura o joven- valiosa.
Una tercera escena nos muestra una mujer viuda, trabajadora, con una hija, buscando el arte de muchas formas -también en la escultura de papel- y ya para el 2019 con cuatro poemarios.
El Salvador de la segunda década del siglo XXI es un lugar donde la mayoría de la gente lidia con el miedo con hacerle al otro las cosas más llevaderas en una amabilidad que llega a ser hasta tierna y una alegría enérgica -vitalista-. Esto no puede impedirnos notar -y así mismo es algo que el arte cumple un papel de empezar a conversarlo-. Krisma nos dice que cuando uno ve extraviado a un ser querido por dos días, ya se hace a la idea de que no lo va a volver a ver nunca más, en ese postconflicto el aprendizaje de lo terrible no ha cesado.
Esta poeta tiene una forma de explicarnos El Salvador en un bus: adentro está el chofer poniendo la música duro, con mucha insensibilidad impidiendo que más de 30 pasajeros puedan hablar con el que tienen al lado; esos pasajeros odian al conductor y no saben por qué y no se atreven a decirle que pagaron un pasaje y le baje a la música. Afuera los políticos ni entienden la angustia y el agotamiento que genera el transporte público.
Su método de creación es por arranques y de nutrirse mucho o algo lúdico que ella llama “estar picando”. Puede pasar de un documental, a comer algo, con lo que le va dando forma de idea a una imagen. Finalmente -nos cuenta- que hay escritores que todos los días desayunan y escriben cuatro horas, y que ella así no funciona, hay que encontrar el momento oportuno, a veces soltar el texto un día para que se enfríe y después hallar el arranque donde de ser necesario se trabaja 24 horas sin parar.
El método creativo nos muestra una forma de ser donde ella está en su propio mundo, empecinada en una observación que no tiene mucho que ver con lo práctico o lo que ya empezó a pasar a un nivel mundano, por eso nos cuenta que cuando se encuentra a la gente en la calle muchas veces no los reconoce, pero que toda la gente va con ella en otro orden, diluida en una búsqueda que les quiere devolver.
Mancía catáloga a su poesía de consternación. Reconoce que puede resultar pesada y que su intento es acudir y provocar. Ella convencida de que la personalidad del autor no es lo importante, lo que espera es dejar una obra y que esta sea la recordada.
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Fuentes
- Entrevista a Krisma Mancía en noviembre del 2019 en San Salvador.
- Krisma Mancía (2004). Fragmento de La Era del Llanto tomado de Internatural el 30 de marzo de 2020 en: http://internatural.blogspot.com/2008/03/krisma-manca-la-era-del-llanto.html
- Krisma Mancía (2006). Frente al Mar en PoemasPoetas recuperado el 30 de marzo de 2020 en: http://www.poemaspoetas.com/krisma-mancia/frente-al-mar