25
Cada poema hace olvidar al anterior,
borra la historia de todos los poemas,
borra su propia historia
y hasta borra la historia del hombre
para ganar un rostro de palabras
que el abismo no borre.
También cada palabra del poema
hace olvidar a la anterior,
se desafilia un momento
del tronco multiforme del lenguaje
y después se reencuentra con las otras palabras
para cumplir el rito imprescindible
de inaugurar otro lenguaje.
Y también cada silencio del poema
hace olvidar al anterior,
entra en la gran amnesia del poema
y va envolviendo palabra por palabra,
hasta salir después y envolver el poema
como una capa protectora
que lo preserva de los otros decires.
Todo esto no es raro.
En el fondo,
también cada hombre hace olvidar al anterior,
hace olvidar a todos los hombres.
Si nada se repite igual,
todas las cosas son últimas cosas.
Si nada se repite igual,
todas las cosas son también las primeras.
En la memoria unitiva de Antonio Porchia
21
Un poema salva un día.
¿Podrán varios poemas
salvar la vida entera?
¿O es suficiente sólo uno?
Todo aquello que salva
plantea este dilema.
Resolverlo es la llave
del azar de salvarse.
65
Quisiera a veces borrar todos mis versos
para escribir por primera vez un poema.
Todo lo escrito no me alcanza
para sentir que he escrito uno.
Tampoco es suficiente haber vivido:
vivir comienza siempre ahora.
68
Un poema me despierta
y me acompaña hasta afuera.
Más tarde otro poema
me acompaña a dormirme.
Entre ambos poemas flota el tiempo
como un ciervo azorado
que ignora el sueño y los poemas.