Vigilar el poder, mapear el placer y habitar la ciudad

A Paloma Marín

Los días justos

para el despertar

Su mirada

ahora

un cúmulo restallante

donde la sabiduría

es una música

Un dulce silencio

Ni una cuerda floja

que sonaría mal

ni una muy tensa

que pueda reventarse

Antes de morir

seguido por miles

sus palabras niegan

un único camino

Cada uno es la senda

que se acercará al Nirvana

Cada cuál podrá ser el Buda

Solo eso

VÍCTOR RAÚL JARAMILLO

Del libro inédito: ECOS DE LEJANÍAS