Hace ocho meses Yéssica González perdió a Marly Moreno Causil, su mamá, por culpa de la violencia basada en género. El 12 de mayo de 2021, presuntamente, su pareja la asesinó con un arma blanca en su casa en el barrio La Rosa de la comuna 2 – Santa Cruz, de Medellín y desde esa fecha su victimario está prófugo.
Para Yéssica, su mamá era un roble. Era una persona maravillosa, trabajadora, que aunque la vida le pusiera muchas trabas, ella les daba la cara. Marly era de Belén, en San Juan de Urabá, y aunque le tocó una vida complicada porque en su pueblo no era fácil estudiar, aprendió de la sabiduría indígena y combinó conocimientos de remedios ancestrales y naturales, para fundar su propia tienda naturista en Medellín, que ahora cumplió 13 años.
Las rosas eran sus flores favoritas y lo que más disfrutaba hacer eran los arreglos florales. La combinación de olores de plantas medicinales, eucalipto y flores frescas son el aroma particular de la tienda que queda cerca a la parroquia San Juan de Ávila y la Institución Educativa Atanasio Girardot, en Barrio Nuevo, Bello. Marly era tan buena en su trabajo que tenía clientes que iban específicamente a pedirle remedios naturales para calmar sus males.
Medellín insegura para la mujer
En 2021 en Medellín asesinaron a 34 mujeres, una de ellas fue Marly. Entre el primero de enero y el 20 de noviembre se dieron el 91 % de esos homicidios, es decir 31 casos, de los cuales 22 se consideraron feminicidios, seis están por determinar, cuatro no tienen información suficiente y dos no se determinaron como feminicidios; dentro de estos está el caso de Isabella Garzón Monsalve, una mujer trans de 23 años, a quien asesinaron en el barrio El Poblado.
Pero mientras las cifras oficiales arrojan estos datos, para el Observatorio Feminicidios Colombia de la Red Feminista Antimilitarista, los números son otros. En 2021 hubo 30 casos en la ciudad, siendo Aranjuez, Buenos Aires, La Candelaria y San Cristóbal las comunas más peligrosas para las mujeres. Agosto fue el mes más feminicida con cinco casos.
Yéssica ha sufrido de la violencia dos veces. El 21 de mayo de 2012, su papá, Gildardo González, y su tío Luis fueron víctimas del conflicto armado cuando el paramilitar alias “El Iguano” lo asesinó en Córdoba, por quitarle una plata. Yéssica apenas había celebrado sus 15 años junto a él cuando eso pasó. Nueve años después, y por esas mismas fechas, volvería a llorar una pérdida, la de su madre. Ambas están en la impunidad.
Lee aquí: No escondamos los feminicidios en Medellín.
“Era mentiroso y manipulador”
Marly conoció a su pareja, y presunto feminicida, por Facebook. Presuntamente nació en Cúcuta, pero tiene doble nacionalidad (colombo-venezolana). Según Yéssica, aunque al principio aceptaba la relación porque vivían en dos ciudades diferentes, nunca se llevaron del todo bien.
“Él era empalagoso con ella, al principio yo lo aceptaba porque él trabajaba en Bogotá y él iba y venía, pero nunca tuve una buena conexión porque se fue metiendo en mi casa, en la que vivíamos tres mujeres: mi mamá, mi hermana Daniela y yo. De un momento a otro dejó de hacer sus cosas en Bogotá, se vino a vivir a Medellín y parecía que mi mamá lo mantenía”.
De ahí en adelante cambió el ambiente de su casa, a sus hijas no les inspiraba confianza, era mentiroso, manipulador, no ponía plata para nada y contaba historias que no cuadraban con la realidad.
Luego de la celebración de día de madres, el 12 de mayo de 2021, el hombre le dijo que tenía una sorpresa preparada para Marly para festejar, como pareja, esta fecha: la llevaría a un hotel para que tuviera un día de spa y relajación. Mientras ella se arreglaba en su casa, Yéssica estaba cubriendo a su mamá en la tienda naturista.
“Mi mamá era una mujer que vivía pendiente de su negocio y que le encantaba subir estados y tomarse fotos. Ese día no nos llamó ni publicó y eso me pareció muy raro. Al principio la llamaba y me mandaba a buzón de voz; luego sonaba, pero sin respuesta, y después nos dijo que mi mamá había tomado tequila, que estaba borracha y que el celular se le había caído a la piscina, entonces estaba malo. Me pareció muy extraño porque mi mamá no es ni de emborracharse ni de tomar tequila”, dice Yéssica sentada en una cafetería al lado de su negocio.
A las 7 de la noche, Yéssica y Keyla, su tía, decidieron cerrar antes el negocio para irse a casa a buscarla; su casa tiene tres pisos y en el segundo queda la habitación de Marly. La puerta del cuarto estaba cerrada con seguro, mientras su primo intentaba abrirla como fuera, Yéssica le decía que no la tumbara porque su mamá se las cobraría. Cuando por fin pudieron abrirla, Yéssica encontró a su mamá tirada en el suelo con heridas de un arma cortopunzante. Ya había muerto.
Mientras ella estaba en shock, fue a la habitación de la pareja y se encontró con que su ropa ya no estaba; también se había llevado el carro hasta la Terminal del Norte, donde lo encontraron abandonado al día siguiente.
Feminicidio impune
“Nos mostraron cómo iba vestido y que compró un tiquete de bus para Bogotá. Se voló por la terminal y desde eso las autoridades no saben dónde está”, explica Yéssica. Por amigos y conocidos, ella sabe que él estuvo en Bogotá, luego se fue a Ecuador y lo último que le dijeron es que volvió a Cúcuta, aunque toda la información se la envió a la Fiscalía, no han hecho nada con las pistas.
Juliet Gómez Osorio, directora de la colectiva Justicia Mujer dice que la impunidad del feminicidio es preocupante: “En estos delitos estamos en cerca de un 90 % de impunidad. Por ejemplo en 2018 se presentaron 34.500 procesos en la rama judicial por violencia mortal hacia las mujeres y solo 3.658 condenas, un porcentaje preocupante”.
Solo 10 días después de su feminicidio las autoridades asignaron una persona encargada. Ocho meses después ya van tres fiscales y ninguna le dice cómo va o qué avances tiene. Desde Ciudad Morada hablamos con Diana Ángel, fiscal de la Unidad de Vida de la Fiscalía y actual encargada del caso, y nos comentó que hay una orden de captura contra el presunto feminicida, y nos aseguró que nos enviaría toda la información. Estaremos pendientes para hacer seguimiento del caso y agilizar la captura del culpable.
Su mayor crítica al sistema es la falta de acompañamiento, al principio la Secretaría de la Mujer de la Alcaldía de Medellín estuvo presente en su duelo, le asignaron una abogada para el caso y una psicóloga que la llamaba a terapia, ahora no sabe de ninguna de las dos. La Fiscalía tampoco, no hay respuesta a su caso.
“Yo sé que había feminicidios antes, pero ¿vamos a esperar cuatro o cinco años más para encerrar al culpable de la muerte de mi mamá?”.
Fuente de información: Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia, SISC.