Crónica por : Editores de ciudad – El Ciudadano.
Algunos tienen su lugar especial donde se sienten cómodos, algunos de esos lugares son enormes y tranquilos. Mucha luz, animales, insectos y una gran vegetación.
Si alguien me preguntara por tal lugar, les respondería: “mi lugar no es muy diferente al tuyo, hay árboles enormes y pequeños, hay animales e insectos y pequeños, hay animales e insectos, pero hay una pequeña excepción a mi alrededor. En mi lugar especial se observa el cartón, no es más que un pequeño trozo pintado de cartón, y en el centro de tal mundo hay una pequeña choza de su interior, donde un ilumina una pequeña cama, una nevera y una cocina al fondo, un escritorio con varias notas, encima de universos con locura.
Realmente no sé decirlo o explicarlo, pero hay algo que me hace latir el pecho, como un tren desenfrenado.
Cada vez que miro, más allá de mi simple puesto, la veo a ella, sentada de forma tranquila, sus ojos resaltan como luz en la oscuridad, su cara no muy alejada de una belleza neutral me resulta ser la mejor del día, su cabello parece largo como el Amazonas.